Corrían aquellos años de la década de los cincuenta, marcados principalmente por el Maracanazo de 1950 , por el deslumbrante Real Madrid de Di Stéfano, Héctor Rial o Paco Gento y la Hungría arrolladora de Ferench Puskas y Sandor Kocsis. Pero a mediados de esta década, un hombre adelantado a su tiempo en este mundo del fútbol que llevaba ya varios años trabajando con los Red Devils, el gran Sir Matt Busby, y un grupo de jugadores, con una media de edad de apenas 25 años, revolucionaron la manera de entender el fútbol y de dar plasticidad a este noble deporte. Principalmente, fue la continuidad de aquella Hungría, pero con un fútbol más alegre y elegante, proclamándose campeón de la Liga Inglesa en las temporadas 1955-1956 y 1956-1957, donde comenzó a forjarse la leyenda de los “Busby Boys”. ¿Quién no recuerda a esos fabulosos chicos?: Roger Byrne, defensa lateral, del que decían que era un futbolista aristocrático y majestuoso en sus movimientos; Eddie Colman, mediocentro defensivo, un jugador que jugaba el balón y nunca lo rifaba; David Pegg, delantero muy inteligente, amo y señor de la banda izquierda; Tommy Taylor, delantero centro puro (lo que hoy conocemos como un 9 clásico); Liam “Billy” Whelan, al que muchos definían como un mago con el balón en los pies, y sobre todo a la mayor promesa del fútbol mundial en aquella época, el media punta Duncan Edwards, un niño prodigio, una maravilla, que con tan solo 16 años ya jugaba en la primera división inglesa. Todos estos chicos tuvieron el honor de convertir al Manchester United como el primer equipo en jugar la Copa de Europa.
El 5 de febrero de 1958, cuando los “Busby Boys” jugaban el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa de Europa en Belgrado, frente al Estrella Roja. Dicho partido acabó en empate a tres goles, clasificándose el Manchester United para la semifinal, ya que el partido de ida acabó con 2-1 favorable a los de Old Traford. Al día siguiente, el avión que les traía de regreso a casa, realizó una parada técnica en el aeropuerto de Münich, para repostar. Debido a las malas condiciones meteorológicas, a la hora de despegar, el avión no tomo suficiente altura, precipitándose a unos 300 metros del aeropuerto, partiéndose en 2 e incendiándose. En ese mismo instante se vio truncada la carrera de los “Busby Boys”, falleciendo 8 jugadores, entre ellos el maravilloso Duncan Edwards.
A este accidente sobrevivió el artífice de la creación de este equipo, el entrenador Matt Busby, que tras recuperarse de las aparatosas heridas sufridas en esta tragedia, construyó prácticamente de las cenizas, otro Manchester United, logrando su mayor éxito hasta ese momento, la consecución de la Copa de Europa en el año 1968, en el estadio de Wembley, imponiéndose 4-1 al Benfica portugués. Seguro que desde el cielo, los 8 futbolistas fallecidos ayudaron a levantar esa Copa de Europa.
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