Nos tenemos que situar en 1994, año en el que David Beckham entró definitivamente en el primer equipo de los red devils, encontrándose en una plantilla con jugadores como Giggs, Roy Keane, Cantona o Andy Cole. Evidentemente hacerse un hueco en ese equipo era bastante difícil, y más con 19 años, por lo que Sir Alex Ferguson decidió hacer una propuesta al centrocampista inglés: Salir cedido a otro club con el objetivo de disputar más minutos. Beckham accedió a la propuesta del míster y el equipo elegido fue el humilde Preston North End, que entonces militaba en la cuarta división inglesa.
Preston es una pequeña ciudad situada a unos 30 km al norte de Manchester, en el condado de Lancashire, y que posee una población de unos 225000 habitantes en la que la gran mayoría es de religión protestante. El astro inglés llegaría a la ciudad en marzo de 1995, teniendo como meta fortalecerse físicamente y ganar experiencia jugando en campos pequeños. Durante este pequeño periodo de tiempo Beckham disputó 5 partidos, anotando 2 goles y asistiendo en otros 4. Aquel chico era bueno y estaba deslumbrando a una afición acostumbrada a tener en sus filas a jugadores luchadores y de menos calidad. Sin embargo su paso por el Preston se vería minado por una inesperada plaga de lesiones en el United, que dejaría fuera del equipo a Keane, Kanchelskis y Cantona (este último por sanción); lo que obligaría a Sir Alex a repescar al joven Beckham.
Un dato curioso del paso de David Beckham por el Preston North End es que durante ese periodo coincidió con el actual entrenador del Manchester United, David Moyes. Por esa época Moyes jugaba como central en el equipo de Deepdale, y en una entrevista en un periódico local declaró que consideraba a Beckham "un jugador demasiado frágil", cosa que suponemos que corregiría con el paso del tiempo.
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