miércoles, 6 de febrero de 2013

Decepciones brasileñas

En este principio de milenio he visto muchísimos jugadores, de todas las nacionalidades, que comenzaron su carrera como futuras estrellas y que finalmente se han quedado estancados o directamente han perdido su ilusión por el fútbol. No sólo eso, sino que muchos de ellos ha rendido a niveles muy por debajo del que se esperaba de ellos, yo los voy a denominar simplemente "decepciones".

Hoy quiero centrarme especialmente en aquellos brasileños, que de jóvenes parecían estrellas y que con el paso de los años se han quedado estancados, además vamos a nombrar algún caso especial de jugadores no tan jóvenes. Empecemos:

Alexandre Pato: Aunque puede que no sea el más significativo, es el más reciente de estas denominadas decepciones. El brasileño llegó a Milán como una joven promesa a la temprana edad de 17 años y lo cierto es que sus mejores años de fútbol han sido de los 19 a los 21. Quizás fue ese el máximo nivel que pudo dar el futbolista, su límite estaba ahí. Hoy día y después de incontables lesiones, a sus 23 años, se marcha de nuevo a Brasil, una marcha propia de un jugador de 30 años y con una carrera por Europa a sus espaldas. Yo esperaba mucho más de él.


Robinho: El jugador del Milan es sin duda el prototipo de futbolista al que me quiero referir, durante su etapa inicial en el Santos era el rey de Brasil, una especie de Neymar (a buen entendedor pocas palabras bastan), anotando en el torneo paulista 60 goles. Posteriormente Florentino Pérez a base de talonario se lo trajo al Real Madrid, donde sería una sombra del que fue en Brasil. Su primer año fue sin duda el mejor, a partir de ahí los dos siguientes se caracterizaron más por sus salidas nocturnas. En el verano de 2008 fue traspasado el City, donde jugaría a un nivel bajísimo y finalmente pediría al club volver al Santos. Su deseo fue aceptado por los jeques, los cuales le cedieron un año al Santos, donde se alzaría con la Liga y la Copa de Brasil. Tras esta fugaz temporada, regreso a la realidad del City, al cual trataba de evitar y que terminó por venderlo al Milan. Hoy en día sigue en Milán y sin duda lo que más le caracteriza son sus altibajos. Me huele a mi que pronto le veremos de nuevo en el Santos con su amigo Neymar.

Keirrison: Ahora puede que algunos os preguntéis ¿Y este quién es? La respuesta es fácil. Keirrison empezó a destacar en Palmeiras, donde fue máximo goleador en 2008 con 21 dianas. Fue entonces cuando el Barcelona de Pep Guardiola puso sus ojos en él y decidió ficharlo. La decisión de irse a Barcelona, en mi opinión, fue lo peor que pudo hacer el brasileño. A partir de su fichaje empezaron las continuas cesiones tanto por europa como por Brasil. El delantero ha pasado por Benfica, Fiorentina, Santos, Cruzeiro y actualmente sigue cedido en Curitiba. A sus 23 años sigue sin explotar y la mayoría de los culés siguen esperando ese talento del que tanto hablaban Laporta y Guardiola.

Adriano: En este caso no hablamos de un jugador especialmente joven, sin embargo se acerca, aunque de manera mucho más exagerada al denominado "jugador decepción". Llegó al Inter a los 19 años y prometía muchísimo como jugador. Las espectativas se cumplieron relativamente, ya que sus mejores años a nivel mundial fueron en el conjunto lombardo. Adriano se había convertido en un ídolo para la afición del Inter, sin embargo el paso de los años acabó con él. Las lesiones se unieron a unas salidas nocturnas que ya eran habituales para el brasileño. Su mal comportamiento y altercados extradeportivos hicieron su salida inmediata del Inter. Se marchó de nuevo a Brasil, pero sus problemas con la bebida se agravaron notablemente lo que hizo que adquiriera una mala fama. Intentó regresar a la élite, fichando por la Roma, pero de nuevo su mal comportamiento hizo que apenas disputase minutos. En 2011, el jugador abandonó temporalmente los terrenos de juego a sus 29 años, por una fuerte depresión. Actualmente entrena con el Flamengo pero no posee ficha. Toda una pena, un jugador que aspiraba a todo y se quedó en nada.


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