jueves, 25 de julio de 2013

La reconversión de Luka Modric.

El centrocampista croata llegó al Real Madrid de la mano de José Mourinho, no se sabe bien con qué intenciones, ya que durante toda la pasada temporada se ha estado discutiendo a través de la prensa madrileña sobre si venía como un recambio de Özil en los tres cuartos de campo, o si su papel era el de oxigenar el doble pivote formado por Khedira y Xabi Alonso.

A pesar de esta duda, Mourinho decidió colocar a Modric en el doble pivote, quizás como una forma de dar cierta frescura al juego madridista, cosa que hasta entonces solo estaba en manos de los de arriba. La decisión, en mi opinión, era bastante arriesgada ya que Modric venía de jugar de mediocentro ofensivo o mediapunta el Tottenham, posición en la que poseía una gran libertad e influencia en la capacidad ofensiva de su equipo. El esquema era un 4-4-2 en el que compartía el centro del campo con Parker o Huddlestone (este último algo menos), y en ocasiones se intercambiaba la mediapunta con Van der Vaart, cayendo este a banda o pasando al centro del campo. Quizás ese Tottenham comenzó a ver la versatilidad en el centro del campo del croata.
Con la salida de Modric al Real Madrid y la de Van der Vaart al Hamburgo, el portugués Villas Boas tuvo que readaptar ese equipo, lo que llevó la subida de Gareth Bale a la mediapunta.

Regresando al Real Madrid, el croata tuvo que cambiar su estilo de juego e integrarse en el 4-2-3-1 de Mourinho. La posición que debía ocupar era el doble pivote, acopañando a Khedira o a Xabi Alonso, en función de las circunstancias. En este punto hay que tener en cuenta que Modric no destaca ni por su poderío físico (apenas mide 1,74) ni por su recuperación de balón, por lo que deducimos que el objetivo de ese nuevo rol en el centro del campo era ayudar a los centrales y al pivote a sacar el balón jugado, conectando con los de 3/4 e incluso con el delantero, sin la necesidad de meter balones largos. 

La diferencia con el Tottenham era que el 4-4-2 proponía un juego más directo con el delantero, sin necesidad de que el peso ofensivo recayera en la línea de tres mediapuntas, por lo que no era necesario que Modric retrasase su posición para sacar la bola jugada. Ahora en el Real Madrid la cosa cambia y el pequeño Luka pierde esa libertad ofensiva qe tenía en el Tottenham y tiene que trabajar más para los Cristiano, Özil y compañía.



lunes, 22 de julio de 2013

Primeros apuntes del nuevo Chelsea de Mourinho.

En lo que llevamos de verano ha habido muchos cambios de entrenador, destacando uno por encima del resto: El fichaje de Jose Mourinho por el Chelsea. El portugués dejó el pasado mes de junio el Real Madrid con el objetivo de regresar al club que él considera como "el equipo de sus amores", el Chelsea.

Es ahora en la pretemporada cuando vemos como empiezan a desenvolverse los clubes y como van forjando un estilo propio. En el caso de Mourinho, los partidos de su gira asiática han servido para ver el modo de juego que impondrá en el equipo londinense, y como todos esperábamos será muy similar al que utilizaba en el Real Madrid y en el Inter, un equipo fuerte defensivamente y rápido en las contras, con un cerebro que organice en los tres cuartos de campo.

El sistema de juego es el mismo que el que vimos la pasada temporada en el Bernabéu, un 4-2-3-1 con jugadores veloces y creativos en la mediapunta, teniendo en este caso el hándicap de no contar en sus filas con "el bicho" Cristiano. Sin embargo aunque no posea al astro portugués, cuenta con estrellas como Mata, Oscar, Hazard o el joven Kevin De Bruyne.

Veamos primero la famosa linea de tres cuartos. Por ahora le hemos visto alinear a Hazard, que tiene toda la pinta de ser indiscutible, a Moses, a De Bruyne, y a Schürrle (hay que tener en cuenta que tanto Mata como Oscar aún no se han concentrado con el equipo). En mi opinión de esos cuatro, el que tiene más papeletas de ser titular junto a Hazard es Victor Moses. Me explico. Aunque no sea exquisito técnicamente, es el tipo de jugador que gusta a Mourinho: Un hombre potente físicamente y que ayude en tareas defensivas si es necesario, cosas en las que creo que tanto Schürrle como De Bruyne no están especialmente familiarizados.

La otra parte clave de este esquema es el doble pivote, en el que hemos visto jugar a Ramires y a Van Ginkel (aunque no sea su posición fetiche, tan atrás). Para mí Ramires va a ser indiscutible con Mourinho, pero a Van Ginkel no le veo como titular en Premier, creo que Mourinho propondrá usar a David Luiz como mediocentro defensivo y de este modo mantener de centrales a Terry y Cahill.

Por último queda el gran interrogante del delantero. A mi modo de ver, creo que al portugués no le convencen ni Demba Ba ni Torres y esta esperando a que el todopoderoso Abramovich le conceda algún "9". En el caso de que ese delantero no llegue, creo que Mourinho turnará a ambos, como hizo Rafa Benítez o como él mismo hacía en el Real Madrid con Higuaín y Benzema.

domingo, 21 de julio de 2013

Primeros apuntes del United de David Moyes.

Estamos en julio, época de pretemporadas en la que los grandes clubes de Europa empiezan a escribir un epílogo de lo que será el resto del año. Últimamente, los equipos de más renombre empiezan sus pretemporadas en lugares exóticos con el objetivo de dar a conocer al mundo sus nombres y conseguir seguidores de todo tipo de nacionalidad. Generalmente el lugar elegido es el continente asiático, países como China, Vietnam o Tailandia entre otros.

Al haber tantos clubes de gira, es imposible seguir la actualidad de todos ellos, por lo que durante estos días he decidido prestar especial atención al Manchester United. Los de David Moyes han disputado en lo que llevamos de julio dos partidos: Uno en Tailandia (derrota por 1-0) y otro en Australia (victoria por 1-5).

Lo primero a observar es el esquema establecido por Moyes, que pretende dar continuidad al famoso 4-4-2 que utilizaba Sir Alex Ferguson. En este esquema los laterales tienen cierta libertad para subir al ataque, cosa que hemos podido ver en ambos partidos con constantes ascensos por banda de Evra y Rafael. También observamos que los jugadores de punta no son dos "9" natos, sino que opta por un solo delantero puro (por decirlo de algún modo) y un mediapunta. Al jugador enganche no solo le exige el trabajo ofensivo, sino que debe ayudar a los centrocampistas a sacar el balón jugado, pasando en algunos tramos del partido a un 4-2-3-1 con los interiores haciendo casi de extremos.

Hasta ahí la parte táctica. Pasemos ahora a los nombres propios de esta pretemporada: Por un lado tenemos al incansable Ryan Giggs, que ha demostrado que aún puede rendir una temporada más al máximo nivel, jugando en este caso como mediapunta, posición en la que jugaba ocasionalmente con Ferguson. Parece que el galés se ha tomado bien su nueva labor como entrenador-jugador, en la que a pesar de que sigue jugando, ayuda a David Moyes en el ámbito táctico.

Otro de los jugadores que me ha sorprendido ha sido el joven Jesse Lingard, que estuvo parte de la temporada pasada cedido en el Leicester City. Este inglés de 20 años ha sorprendido a todo el mundo con sus diagonales y con su regate, pasando por encima al ex del Cristal Palace, Wilfried Zaha, que hasta ahora poquito ha demostrado.

Finalmente quiero hacer especial mención a Carrick, que en mi opinión es uno de los jugadores más infravalorados de la Premier League. Parece ser que la temporada que viene va a mantener el nivel de la anterior, siendo una de las claves del equilibrio del actual campeón inglés.

viernes, 5 de julio de 2013

Beckham, el niño de Preston.

La mayoría de la gente cuando oye hablar de David Beckham le suele relacionar con dos clubes: El Real Madrid y el Manchester United, cosa que en gran parte es lógica ya que ha sido en esos dos clubes donde más huella ha dejado, por un lado el United le llevó al éxito europeo ganando 5 ligas y 1 Copa de Europa, mientras que en el Real Madrid alcanzó el máximo esplendor mediático de la historia del fútbol. Sin embargo a pesar de todo este éxito y fama a nivel europeo, poca gente sabe que David Beckham pasó por un humilde club inglés antes de alcanzar la gloria con el Manchester United.

Nos tenemos que situar en 1994, año en el que David Beckham entró definitivamente en el primer equipo de los red devils, encontrándose en una plantilla con jugadores como Giggs, Roy Keane, Cantona o Andy Cole. Evidentemente hacerse un hueco en ese equipo era bastante difícil, y más con 19 años, por lo que Sir Alex Ferguson decidió hacer una propuesta al centrocampista inglés: Salir cedido a otro club con el objetivo de disputar más minutos. Beckham accedió a la propuesta del míster y el equipo elegido fue el humilde Preston North End, que entonces militaba en la cuarta división inglesa.

Preston es una pequeña ciudad situada a unos 30 km al norte de Manchester, en el condado de Lancashire, y que posee una población de unos 225000 habitantes en la que la gran mayoría es de religión protestante. El astro inglés llegaría a la ciudad en marzo de 1995, teniendo como meta fortalecerse físicamente y ganar experiencia jugando en campos pequeños. Durante este pequeño periodo de tiempo Beckham disputó 5 partidos, anotando 2 goles y asistiendo en otros 4. Aquel chico era bueno y estaba deslumbrando a una afición acostumbrada a tener en sus filas a jugadores luchadores y de menos calidad. Sin embargo su paso por el Preston se vería minado por una inesperada plaga de lesiones en el United, que dejaría fuera del equipo a Keane, Kanchelskis y Cantona (este último por sanción); lo que obligaría a Sir Alex a repescar al  joven Beckham.

Un dato curioso del paso de David Beckham por el Preston North End es que durante ese periodo coincidió con el actual entrenador del Manchester United, David Moyes. Por esa época Moyes jugaba como central en el equipo de Deepdale, y en una entrevista en un periódico local declaró que consideraba a Beckham "un jugador demasiado frágil", cosa que suponemos que corregiría con el paso del tiempo.


lunes, 1 de julio de 2013

Londres: El fútbol de barrio.

Sin duda alguna Londres es una de las ciudades más futboleras de Europa, cuenta con nada menos que 13 clubes profesionales y 5 equipos en la Premier League (Arsenal, Tottenham, West Ham, Chelsea y Fulham).  Toda esta variedad de clubes hace que existan grandes rivalidades entre ellos en función de la zona en la que se encuentren, el ejemplo más claro es el derby de North London entre el Arsenal y el Tottenham, que además podría decirse que es el más famoso de la ciudad. Su rivalidad surge a principios del siglo XX cuando el Arsenal decidió trasladar su ubicación de Woolwich -en el sudeste- a Holloway -en el norte- en 1913, cosa que no sentó nada bien a la afición de los spurs.

Esta diversidad de clubes es muy curiosa, ya que nunca se ha decidido crear un club que englobe a toda la ciudad, como es el caso del Real Madrid, del Barcelona o del Liverpool. Nunca nadie ha pensado en fundar un club llamado "London FC" o "The London Football Club", la sensación de pertenecer a uno u otro barrio, ese independentismo existente dentro de la gran metrópoli, ha impedido que se tome esa iniciativa. Sin embargo a pesar de la variedad de clubes y del gran peso que poseen todos ellos, algo a destacar es que entre todos solo suman una Copa de Europa, la conseguida el año pasado por el Chelsea. Mientras que por otro lado las ciudades de Manchester y Liverpool poseen 8 títulos europeos, 3 los red devils y 5 los reds.

Craven Cottage (Estadio del Fulham)
Visto lo visto, el famoso dicho: «La unión hace la fuerza» no es aplicable en Londres, es más, consideran impensable que ese refrán se aplique al mundo del fútbol. Hoy día quizás la población es más tolerable, pero en los años de auge del fútbol inglés -los años 70 y 80-, las aficiones rivales de la capital no se podían ni ver. El hooliganismo estaba en pleno auge y cada fin de semana había broncas en los pubs y calles cercanas a los estadios de fútbol. Un derby como el East London entre Fulham y Chelsea podía convertirse fácilmente en toda una batalla campal. Por suerte en la actualidad todo esto ha cambiado y "los partidos de barrio" de Londres se han convertido en eventos mucho más seguros.

Quizás hoy, gracias a los medios de comunicación y al gran espacio ofertado por Internet, los aficionados londinenses -sobretodo los más jóvenes- hayan dejado un poco de lado esa tradición futbolera que los incita e incluso obliga a pertenecer a uno u otro club. Un niño nacido en el este probablemente ya no se ve obligado a elegir entre Fulham, Chelsea o QPR sino que quizás se decante por un club del oeste como el West Ham, o vaya más allá y se una al poderoso Manchester United. Esto se irá viendo con el paso de los años.

A pesar de todo esto, siempre quedarán los románticos, aquellos que se unen a sus raíces, que les atrae lo exótico y que disfrutan de su club en primera o tercera división. Seguramente sean ellos quienes mantengan el espíritu de barrio a lo largo del tiempo.