viernes, 1 de marzo de 2013

Hidetoshi Nakata, el primer samurai.

Para comenzar esta historia tenemos que situarnos en 1990, un periodo en el que a cualquiera que le preguntes te va a responder que se acuerda del Mundial del 98, del Real Madrid de Suker, del Brasil de Ronaldo, Rivaldo y compañía... en fin, de un gran número de jugadores y de de equipos que consiguieron dejar una huella en el fútbol. Sin embargo fue en esta década cuando el gigante asiático comenzó a expandirse dentro del mundo del fútbol, hasta entonces pocos jugadores asiáticos habían conseguido dar el salto a Europa. Fue entonces cuando un joven japonés, Hidetoshi Nakata, irrumpió en Europa, abriendo de este modo esa frontera que existía entre ambos continentes.

Nakata comenzó su carrera en Japón, donde en 1995 a la temprana edad de 18 años fichó por el Bellmare Hiratsuka jugando curiosamente como delantero, donde realizó una buena campaña. Los años posteriores en el Bellmare retrasaría su posición hasta el centro del campo, donde se consagraría como una estrella en su país, al cual ayudó a clasificarse para el Mundial de Francia de 1998 y a ganar el título de la Copa Dinastía de ese mismo año, donde fue nombrado mejor jugador.

Su gran fama en Asia le llevó a fichar en 1998 por el Perugia, equipo italiano que entonces acababa de ascender a la Serie A. Fue allí donde dio sus mejores años de fútbol, siendo considerado durante esos años el mejor jugador asiático del momento. El flujo mediático que tenía Nakata era espectacular, decenas de medios de comunicación japoneses acudían a los entrenamientos y a los partidos. En su país era casi un héroe. El fútbol europeo empezaba a extenderse por Asia y sobretodo por Japón, donde la prensa hablaba maravillas de Italia.

Tras el Perugia, fue fichado por la Roma en 1999, un equipo que en mi opinión le quedaba grande. Nakata había perdido el protagonismo en un equipo liderado por Totti, Batistuta y Montella. Con la Roma consiguió ganar el Scudetto de 2001, aunque apenas disputó minutos. Sus últimos destellos de estrella podría decirse que los vimos en el Mundial de 2002, donde ayudó a su selección a alcanzar los octavos de final, siendo derrotada por la Turquía de Hakan Sükür. A partir de ahí la carrera del japonés empezó a caer, pasando por Parma, Bolonia y Fiorentina, hasta finalmente recalar en el Bolton inglés donde las lesiones y la falta de adaptación al juego británico terminaron por forzar su retirada a la edad de 29 años, cosa que fue muy criticada en Japón.

Hidetoshi Nakata puede ser considerado como uno de los pioneros en dar a conocer el fútbol europeo en Asia, su fuerte atracción mediática hizo que en Japón se valorara el fútbol que practicamos en Europa y que fuese el ejemplo a seguir de jugadores como los actuales Shinji Kagawa o Keisuke Honda.



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